Pedagogía ¿se vive o se sobrevive?
A veces disfruto mucho la pedagogía, otras veces siento que estoy sobreviviéndola o que al menos lo intento. No sé si alguna vez existió un ideal para quienes ejercemos. No sé si quienes vinieron antes gozaron alguna vez de aquella tranquilidad que tanto anhelamos, ya que desde que era niña he escuchado que ser profes es difícil, que el sueldo no es el mejor, y que siempre siempre hay pega para la casa.
Habiendo pasado algunos varios años de mi ejercicio docente, siento que sí he logrado disfrutarlo. No sé si he tenido mala o buena suerte, si me he cruzado con la gente que debía, o si simplemente no existe el trabajo ideal y vamos aprendiendo en el camino a adaptarnos. Sí tengo algunas certezas:
- Me encanta lo que hago
- El sistema educativo está en crisis
Lo primero no tengo cómo ponerlo en duda. Los momentos que paso en la sala son muy gratificantes, me emociona una clase desde que la pienso hasta que la hago, más allá de que salga increíble o regular (dependiendo del grupo que me acompañe – o no – ese día). Lo segundo es una idea que pudiese parecer muy categórica, pero lamentablemente cierta. Ya lo decía Humberto Maturana en sus exposiciones, no sabemos para qué enseñamos, y quienes aprenden tampoco lo tienen muy claro. La sociedad avanza rápidamente y con ella las nuevas generaciones, pero parece que la educación se quedó estancada, perdida en algún paraje desconocido. Para Maturana, antes sentíamos un compromiso social con el país, queríamos devolver lo que habíamos recibido y trabajábamos por ello. Creo que actualmente no existe esa claridad, y también que el individualismo imperante nos hace querer crecer para tener más cosas, y no tanto para construir una sociedad mejor.
Aún así no me parece justo tener que renunciar a un sueño solo porque las cosas están complejas, incluso sabiendo que no cambiaré el mundo, si se puede poner un granito para mejorar el entorno más próximo ¿por qué no hacerlo?
Confío en que podremos mejorar las cosas, a riesgo de parecer idealista, pienso que si seguimos remando contra la corriente, en algún momento seremos la corriente.

Recuerdo de mi práctica profesional. Aprendí más que nunca en esta experiencia (y en las que vinieron). Todas estas personitas son hoy muuuuy grandes💕